Doctrina y Convenios 82

1 De cierto, de cierto os digo, mis siervos, que por cuanto os habéis perdonado el uno al otro vuestras transgresiones, así también yo, el Señor, os perdono.

2 No obstante, hay entre vosotros algunos que han pecado extremadamente; sí, todos vosotros habéis pecado; mas de cierto os digo, tened cuidado de aquí en adelante y absteneos de pecar, no sea que desciendan graves juicios sobre vuestra cabeza.

3 Porque de aquel a quien mucho se da, mucho se requiere; y el que peque contra mayor luz, mayor condenación recibirá.

4 Pedís revelaciones en mi nombre, y os las concedo; y si no observáis mis palabras que os doy, os hacéis transgresores; y justicia y juicio son el castigo que prescribe mi ley.

5 Por tanto, lo que digo a uno lo digo a todos: Velad, porque el adversario extiende sus dominios y las tinieblas reinan;

6 y la ira de Dios se enciende contra los habitantes de la tierra; y nadie hace lo bueno, porque todos se han extraviado.

7 Y ahora, yo, el Señor, en verdad os digo que no os imputaré ningún pecado; id y no pequéis más; pero los pecados anteriores volverán al alma que peque, dice el Señor vuestro Dios.

8 Y además, os digo que os doy un mandamiento nuevo para que entendáis mi voluntad concerniente a vosotros;

9 o en otras palabras, os doy instrucciones en cuanto a la manera de conduciros delante de mí, a fin de que se torne para vuestra salvación.

10 Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis.

11 Por tanto, de cierto os digo, conviene que mis siervos Edward Partridge y Newel K. Whitney, A. Sidney Gilbert y Sidney Rigdon, y mi siervo José Smith, y John Whitmer y Oliver Cowdery, y W. W. Phelps y Martin Harris se unan por medio de un vínculo y convenio que no puede ser quebrantado por transgresión, sin que inmediatamente siga el juicio, en lo que toca a vuestras mayordomías respectivas,

12 para administrar los asuntos de los pobres y todas las cosas pertenecientes al obispado, tanto en la tierra de Sion como en la de Kirtland;

13 porque he consagrado la tierra de Kirtland en mi propio y debido tiempo para el beneficio de los santos del Altísimo, y para una estaca de Sion.

14 Porque Sion debe aumentar en belleza y santidad; sus fronteras se han de ensanchar; deben fortalecerse sus estacas; sí, de cierto os digo, Sion se ha de levantar y vestirse con sus ropas hermosas.

15 Por consiguiente, os doy este mandamiento de ligaros por medio de este convenio, y se hará según las leyes del Señor.

16 He aquí, también esto me es prudente, para provecho vuestro.

17 Y seréis iguales, o en otras palabras, tendréis el mismo derecho a los bienes, para el mejor manejo de los asuntos de vuestras mayordomías, cada hombre según sus carencias y necesidades si estas son justas,

18 y todo esto para el beneficio de la iglesia del Dios viviente, a fin de que todo hombre mejore su talento, y cada uno gane otros talentos, sí, hasta cien tantos, para guardarlos en el almacén del Señor, para que lleguen a ser bienes comunes de toda la iglesia,

19 buscando cada cual el bienestar de su prójimo, y haciendo todas las cosas con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios.

20 Os he dado esta orden como orden sempiterna a vosotros y a vuestros sucesores, en tanto que no pequéis.

21 Y el alma que pecare contra este convenio, y endureciere en contra de él su corazón, será tratada de acuerdo con las leyes de mi iglesia y entregada a los bofetones de Satanás hasta el día de la redención.

22 Y ahora de cierto os digo, y esto es prudente, ganaos amigos por medio de las riquezas de maldad, y no os destruirán.

23 Dejadme a mí el juicio, porque es mío, y yo pagaré. Paz a vosotros; mis bendiciones os acompañan.

24 Porque todavía es vuestro el reino, y para siempre jamás lo será, si no caéis de vuestra firmeza. Así sea. Amén.