Doctrina y Convenios 66

1 He aquí, así dice el Señor a mi siervo William E. McLellin: Bendito eres, por cuanto te has apartado de tus iniquidades y has recibido mis verdades, dice el Señor tu Redentor, el Salvador del mundo, sí, de cuantos creen en mi nombre.

2 De cierto te digo, bendito eres por haber recibido mi convenio sempiterno, sí, la plenitud de mi evangelio, enviado a los hijos de los hombres para que tengan vida y lleguen a ser partícipes de las glorias que serán reveladas en los postreros días, como lo escribieron los profetas y los apóstoles en días antiguos.

3 De cierto te digo, mi siervo William, te encuentras limpio, mas no del todo; arrepiéntete, pues, de las cosas que no me complacen, dice el Señor, porque él te las mostrará.

4 Y ahora, en verdad, yo, el Señor, te enseñaré lo que quiero con respecto a ti, o sea, lo que es mi voluntad concerniente a ti.

5 He aquí, de cierto te digo, es mi voluntad que proclames mi evangelio de tierra en tierra, y de ciudad en ciudad, sí, en las regiones circunvecinas donde no se haya proclamado.

6 No demores muchos días en este lugar; no subas todavía a la tierra de Sion; pero lo que puedas enviar, envíalo; fuera de eso, no pienses en tus bienes.

7 Ve a las tierras del Este, testifica en todo lugar, a todo pueblo, en sus sinagogas, razonando con la gente.

8 Vaya contigo mi siervo Samuel H. Smith; no lo abandones, y dale tus instrucciones; y el que fuere fiel será fortalecido en todo lugar, y yo, el Señor, iré con vosotros.

9 Pon tus manos sobre los enfermos, y sanarán. No vuelvas hasta que yo, el Señor, te lo mande. Ten paciencia en la aflicción. Pide, y recibirás; llama, y se te abrirá.

10 Procura no verte abrumado. Abandona toda iniquidad. No cometas adulterio: una tentación que te ha molestado.

11 Obedece estas palabras, porque son verdaderas y fieles; y magnificarás tu oficio e impulsarás a muchos hasta Sion con cantos de gozo perpetuo sobre su cabeza.

12 Persevera en estas cosas hasta el fin, y tendrás una corona de vida eterna a la diestra de mi Padre, que es lleno de gracia y de verdad.

13 De cierto, así dice el Señor tu Dios, tu Redentor, sí, Jesucristo. Amén.