Doctrina y Convenios 34

1 Orson, hijo mío, escucha, oye y ve lo que te diré yo, Dios el Señor, Jesucristo tu Redentor,

2 la luz y la vida del mundo, una luz que brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprenden;

3 el que de tal manera amó al mundo que dio su propia vida, para que cuantos crean lleguen a ser hijos de Dios. Por tanto, eres mi hijo;

4 y bendito eres, porque has creído;

5 y más bendito eres, porque te he llamado a predicar mi evangelio:

6 a alzar tu voz como con voz de trompeta, larga y fuertemente, y a proclamar el arrepentimiento a una corrupta y perversa generación, preparando la vía del Señor para su segunda venida.

7 Porque he aquí, de cierto, de cierto te digo, que está próxima la hora en que vendré en una nube con poder y gran gloria.

8 Y será un día grande al tiempo de mi venida, porque todas las naciones temblarán.

9 Pero antes que venga ese día grande, el sol se obscurecerá y la luna se tornará en sangre; y las estrellas se negarán a brillar y algunas caerán; y grandes destrucciones esperan a los malvados.

10 Por tanto, alza tu voz sin cesar, porque ha hablado Dios el Señor; profetiza, pues, y te será dado por el poder del Espíritu Santo.

11 Y si eres fiel, he aquí, yo estoy contigo hasta que venga;

12 y de cierto, de cierto te digo, vengo pronto. Soy tu Señor y Redentor. Así sea. Amén.