Doctrina y Convenios 14
1 Una obra grande y maravillosa está a punto de aparecer entre los hijos de los hombres.
2 He aquí, yo soy Dios; escucha mi palabra que es viva y poderosa, más cortante que una espada de dos filos, que penetra hasta partir las coyunturas y los tuétanos; por consiguiente, presta atención a mi palabra.
3 He aquí, el campo blanco está ya para la siega; por tanto, quien quisiere cosechar, meta su hoz con su fuerza y siegue mientras dure el día, a fin de que atesore para su alma la salvación sempiterna en el reino de Dios.
4 Sí, quien meta su hoz y coseche es llamado por Dios.
5 Por consiguiente, si me pides, recibirás; si llamas, se te abrirá.
6 Procura sacar a luz y establecer mi Sion. Guarda mis mandamientos en todas las cosas.
7 Y si guardas mis mandamientos y perseveras hasta el fin, tendrás la vida eterna, que es el mayor de todos los dones de Dios.
8 Y acontecerá que si pides al Padre en mi nombre, con fe, creyendo, recibirás el Espíritu Santo, el cual inspira a hablar, para que seas testigo de las cosas que oirás y verás, y también para que declares el arrepentimiento a los de esta generación.
9 He aquí, soy Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, el que hice los cielos y la tierra, una luz que no se puede esconder en las tinieblas;
10 por tanto, he de llevar la plenitud de mi evangelio, de los gentiles a la casa de Israel.
11 Y he aquí, tú eres David, y eres llamado para ayudar; cosa que si haces, y eres fiel, serás bendecido espiritual así como temporalmente, y grande será tu galardón. Amén.